jueves, 21 de agosto de 2014

ISRAEL, JUDÍOS Y JUDEOFOBIA



Matan 2071 personas, entre ellas, más de 500 chicos, cuyos cadáveres son colocados en refrigeradores de heladerías porque las morgues no dan abasto, bombardean un hospital, la central eléctrica, escuelas que sirven como campos de refugiados identificadas con el emblema de la ONU, siempre con la excusa de terminar con los dirigentes de Hamas; pero cuando apuntan a la casa de uno de ellos, matan a su mujer, a un bebé, al resto de los hijos, y a él no lo matan, porque nunca vivió allí.

Algunos judíos, como una legisladora de derecha israelí piden matar a las madres palestinas que van a parir terroristas, aquíotros llevan sillitas plegables para ver cómo bombardean la Franja,aquí un político israelí afirmó que por la “templanza” del ejército de Israel deberían darles el Nobel de la Paz;aquí un diplomático le respondió al gobierno de Brasil, cuando condenó la masacre, tratándolo de “enano diplomático”, y diciendo con sorna que una “respuesta desproporcionada” en relación a los ataques que se acaban de describir más arriba, no es lo que ellos hicieron sino perder 7 a 1 contra Alemania.aquí

Otros judíos, como una joven en Gran Bretaña, quemó su pasaporte israelí frente a Downing Street 10, afirmando que seguramente nunca más volvería a Israel. aquí Un joven norteamericano que fue a protestar a Israel, fue reprimido y detenido por la policía. aquíGrupos de israelíes se manifiestan contra la guerra, aunque saben que la avanzada fascista dentro de su país los pone cada vez más en riesgo. Un rabino se pronuncia dramáticamente contra este orden de cosas,aquí el historiador Illan Papé hace lo propio. aquíSe los tilda de inmediato de “judíos que se odian a sí mismos”, que es el modo en que la maquinaria de propaganda sionista califica a los que critican la política del estado de Israel, se trate de sus conexiones con el apartheid en Sudáfrica, la dictadura de Somoza o el genocidio palestino.aquí Entre ellos se cuentan Noam Chomsky, Juan Gelman y Woody Allen. aquí

Frente a este panorama, otros judíos intentan con la judeofobia: una categoría que resurge cada vez que las respuestas contra los salvajes ataques del Estado de Israel a los palestinos son evidentes. “No es cierto  lo que está pasando”, parecen querer decirnos, “es el odio que sienten por nosotros”.

Lo curioso es que frente a más brutalidad, frente a un genocidio por el que no mueven un dedo y empiezan a justificar, lo que finalmente podrían conseguir es que la gente los aborrezca. Y entonces sí, tendrían su bendita judeofobia con la que justificarse.

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